
La autoexigencia, en muchas ocasiones, puede ser aprovechada beneficiosamente, pero en otras puede ocasionar ansiedad. Así, en épocas difíciles no hay nada mejor que practicar mindfulness.
No dejarse llevar por la autoexigencia
Actualmente nos exigen llevar a cabo multitud de tareas y máxima perfección al desarrollar una carrera profesional, al estudiar o incluso a la hora de afrontar la pandemia. Muchos son los que se ven a diario que tienen que lidiar con el teletrabajo, los niños, las tareas del hogar y acaban la jornada con la sensación de no abordar todo pero no llegar a nada. Queremos ser perfectos en todas las áreas, queremos llegar a todo. Y, debemos aprender a priorizar. Sobrecargarte de responsabilidades puede no ser bueno para la salud, al instalarte en un estado de exigencia continuada.
Es importante ser exigente con uno mismo, pero sin llegar a castigarse. Todos somos personas y necesitamos momentos de descanso para liberar nuestras cadenas. Debemos reconocer los logros y el camino que hemos recorrido, pero sin temor a estar dando pasos hacia atrás.
La clave es que disfrutes de la vida colocándote metas y prioridades, pero siempre centrándote en ti mismo sin caer en el autosabotaje. Dedicar siempre un tiempo a pararse y pensar.
Salir de esa espiral
Lo primero que te aconsejamos es que acudas a un buen profesional para empezar a poner medidas.
Empezar a disfrutar de las viejas cosas que te gustaban hacer es uno de los primeros pasos que debes dar. Retoma esos hobbies que tanto te divertían y para los que no encuentras tiempo (leer, jugar a un videojuego, etc.). Añádalos a tu plan del día.
En segundo lugar, es importante que te coloques un horario. Con arreglo a él, márcate una programación de las actividades que requieran plena atención. Pero también debes reservar un momento diario para realizar mindfulness. Esta práctica te ayudará a desbloquearte y a mitigar la ansiedad. Te ayudará a descubrirte como persona y a discernir lo verdaderamente importante.
Si observas que tu mente te sabotea, intenta razonar y decidir cuándo serán tus momentos de descanso. No te fuerces a hacer cosas cuando tu cuerpo no tenga suficiente energía (por ejemplo, estudiar durante las madrugadas).
Disfruta
Tus obligaciones diarias, ¿te hacen feliz? A menudo, las metas que perseguimos con ahínco no son las nuestras. Y es que, tendemos a la autoexigencia de forma paradójicamente pasiva. Recorremos el camino marcado por el resto y es en ese camino que no hemos decidido nosotros donde nos volcamos por ser los mejores. ¿Es ese ascenso lo que nos hará realmente feliz?
Ser agradecido
En nuestra espiral de autoexigencia, no vemos los momentos positivos de nuestro día a día. Por ello, dedícate a pensar en esos buenos momentos que han ocurrido hoy en lugar de centrarte en los aspectos negativos. Cambia el foco y agradece esos pequeños placeres de la vida que nos pasan inadvertidos pero que son lo que nos hacen realmente felices. Dedica unos minutos al día a mirar alrededor y ser consciente de todo lo que sucede que te hace ser mejor que antes. El mindfulness te ayudará a aplicar estas técnicas diarias que te ayudarán a salir de la autoexigencia.
En resumen, el mindfulness puede ser necesario para manejar la autoexigencia excesiva, la ansiedad y otros trastornos. Contacta con Psicología Puente, donde somos auténticos profesionales.
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